Capítulo 1. RENACER

María está tumbada en la cama. Las sábanas blancas y la luz del día entrando por la ventana llenan la habitación de claridad.

Ella se ha decidido. Ha decidido nacer de nuevo hoy. No todo el mundo tiene ese privilegio, no todo el mundo es tan valiente.

No le gustaba su vida. Se había metido en un mundo lleno de cosas que hacía por los demás sin gustarle, por el que dirán, por pagar la hipoteca, porque deben ser así, porque le deprimen. Y ha decidido que la antigua María ha muerto. Murió anoche. Hoy ha nacido la nueva María. Desnuda entre sus sábanas blancas, el sol le da en la cara. Desnuda. Es como se nace, es como nace ella.

Abre los ojos, sólo ve luz, como el recién nacido. De la oscuridad a la luz. Remolonea, observa, escucha, como si nunca hubiera oído los ruidos de la calle, como si todo fuese nuevo, como el bebé cuando sale del vientre de su madre. Recién nacida.

María ha decido que hoy 20 de noviembre será el día de su cumpleaños, porque hoy ha nacido, hoy a las 9.23h. de la mañana. El sol le da en la cara.

Y finalmente se levanta. Sigue desnuda, qué mas da, es una recién nacida, y disfruta de su desnudez, sin pudor, sin normas. Va hacia la cocina. En la nevera sólo hay leche y una cerveza abierta. La cena de ayer sigue sobre el mármol, ni siquiera cenó. Estuvo ocupada decidiendo nacer hoy, estuvo ocupada muriendo ayer.